♥
Para
que tú me oigas
mis palabras
se adelgazan a veces
como las
huellas de las gaviotas en las playas.
Collar,
cascabel ebrio
para tus manos suaves como las uvas.
Y las
miro lejanas mis palabras.
Más que mías son tuyas.
Van trepando en
mi viejo dolor como las yedras.
Ellas
trepan así por las paredes húmedas.
Eres tú el culpable de este juego
sangriento.
Ellas
están huyendo de mi guarida oscura.
Todo lo llenas tú, todo lo
llenas.
Antes
que tú poblaron la soledad que ocupas,
y están acostumbradas más que
tú a mi tristeza.
Ahora
quiero que digan lo que quiero decirte
para que tú las oigas como
quiero que me oigas.
El
viento de la angustia aún las suele arrastrar.
Huracanes de sueños
aún a veces las tumban
Escuchas otras voces en mi voz dolorida.
Llanto de viejas bocas,
sangre de viejas súplicas.
Ámame, compañero. No me abandones.
Sígueme.
Sígueme, compañero, en esa ola de angustia.
Pero se
van tiñendo con tu amor mis palabras.
Todo lo ocupas tú, todo lo
ocupas.
Voy
haciendo de todas un collar infinito
para tus blancas manos, suaves
como las uvas
♥
Pablo Neruda